El agua
subterránea se la conoce como a aquella agua que la podemos encontrar bajo la
superficie terrestre, muchas veces ocupando poros, grietas o fisuras que se
encuentren en las rocas más rígidas. Este tipo de agua subterránea puede
permanecer oculta por varios miles de años e incluso millones, siempre y cuando
la profundidad a la que se encuentre sea considerable, sin embargo, la mayor
cantidad de este tipo de agua la podemos encontrar a profundidades medias o
pequeñas, desempeñando un rol constante dentro del ciclo hidrológico del agua.
El agua subterránea está presente en cualquier zona o área de interés, pero se
encuentra a distintas profundidades según sea el tipo de zona (costa, sierra,
selva), podemos encontrar agua subterránea en montañas, colinas, valles, etc.
Tiene la característica principal de mantener la temperatura media del medio
que ocupa, con esto podemos afirmar que en las regiones frías o polares el agua
subterránea la vamos a encontrar congelada durante la mayoría del año.
La recarga de
agua subterránea es natural, no necesita de la intervención de la mano del
hombre, puesto que se alimenta del agua proveniente de lluvia, y, en algunos
lugares, agua proveniente del derretimiento de hielo. Existen diversos casos
particulares para la recarga de agua subterránea, uno de ellos es la presencia
de alguna fuga de agua en un sistema de riego o del excesivo uso de agua en los
cultivos, sin embargo, es importante mencionar que en actualidad existe técnico
que se encargan de recargar el agua subterránea en épocas de estiaje para así
poder aumentar la cantidad de agua almacenada.
La cantidad de
agua subterránea, a nivel continental, representa una de las fracciones más
importantes bajo la superficie terrestre, ya sea en el nivel del suelo o
subsuelo. Se ha demostrado que el volumen que presentan las aguas subterráneas
es incluso mayor e importante que el volumen presenta en lagos o lagunas, sin
embargo, es menor que el volumen presente en los glaciares. Tal es el caso del
acuífero de guaraní, que puede alcanzar una extensión de más un millón de
kilómetros cuadrados.
El agua subterránea sirve como el sustento para que la
tercera parte de la población mundial pueda abastecerse de este importante
recurso, sin embargo, debemos tener en cuenta que muchas veces podemos
encontrarla rodeada de contaminantes producidos por derrames de químicos
dañinos para la salud, e incluso puede limitarse su gasto cuando se realice una
sobreexplotación de estas aguas. Tiene como origen la precipitación que se
infiltra a través del suelo hasta llegar al material rocoso saturado, tiene un
movimiento lento hasta llegar a lagos, ríos u océanos.
El agua
subterránea se almacena en los acuíferos. Los acuíferos son pueden tratarse
como formaciones geológicas, puesto que en su composición existe material permeable
que sirve como almacenamiento para el agua en grandes cantidades. Puede ser de
arenas o rocas permeables.
La cantidad de
agua subterránea a nivel mundial puede representarse como veinte veces más que
la cantidad total de agua superficial, incluyendo continentes e islas, es por
eso que tiene gran importancia dentro del estudio de aprovechamiento de los
recursos hídricos. Su importancia también radica en la alimentación de ríos o
arroyos, así como también de mantener la humedad del suelo.
ORIGEN DE AGUA SUBTERRÁNEA
El origen de la
mayoría de aguas subterráneas tiene origen meteórico, es decir, proviene del
agua infiltrada producto de la precipitación, luego que esta no se haya perdido
por evaporación o transpiración de las plantas.
El origen del
agua subterránea puede dividirse en cuatro tipos característicos:
- Agua de infiltración: Esta agua es el resultado del ingreso a profundidad de las aguas meteóricas.
- Agua de condensación: Esta agua es el resultado de la condensación de la niebla nocturna, la podemos encontrar con mayor frecuencia en zonas cálidas como el desierto.
- Agua juvenil: Es el resultado de los manantiales ubicados en zonas de actividad volcánica.
- Agua fósil: Esta agua es la que se encuentra atrapada en las rocas producto de la solidificación de los sedimentos, podemos encontrarla en cuencas fluviales o marinas.
La superficie de
agua subterránea se la conoce como napa freática o tabla de agua. La
profundidad de la tabla de agua puede depender de distintos factores, ya sean
propiedades físicas típicas de la región donde se encuentren localizadas, de
las condiciones meteorológicas o de la magnitud y frecuencia con que sean
aprovechados este tipo de recurso. También es importante considerar que en
tiempo de estiaje la profundidad a la que se encuentra la tabla de agua
disminuye. Según sea la ubicación o el tipo de material en donde se encuentren
las aguas subterráneas, estas pueden clasificarse en:
- Agua freática: Es el agua que se encuentra encima de la primera capa impermeable, representa el agua de mayor extensión.
- Agua suspendida: Es el agua subterránea que se encuentra a baja profundidad.
- Agua confinada: Este tipo de agua tiene la característica de encontrarse en un acuífero que está entre dos capas de material impermeable.
- Agua artesiana: Tiene como ubicación los sinclinales o monoclinales de los pliegues de las capas de las rocas.
La importancia
del agua subterránea es significante para toda la población, puesto que es una
de las mayores reservas de agua a la que podemos acceder. En muchas ocasiones,
cuando la tabla de agua sufre una gran recarga y se encuentra sobre material
permeable, el agua aflora a la superficie en forma de manantiales, ya sea de
ladera o ascendente, también pueden aprovecharse mediante el diseño y
construcción de pozos. El uso del agua subterránea está jugando uno de los
papeles más importantes dentro del aprovechamiento de los recursos hídricos,
puesto que, al encontrase bajo la superficie terrestre, tiende a ser menos
contaminada que el agua superficial, y, por lo tanto, pueden reducirse los
costos del tratamiento de esta.
Su efecto dentro
de la naturaleza es de gran importancia, puesto que, al ser la mayor reserva de
agua, esta actúa y ayuda a mantener la vida y actividad de muchos ríos y
arroyos, así como también como la humedad del suelo. Está presente en la
mayoría de regiones habitadas por el ser humano, y, a pesar de que muchas veces
su extracción es complicada, ha permitido que muchos pobladores puedan
abastecerse de este importante recurso.
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